domingo, 17 de junio de 2012

Grecia y la democracia que solo vale cuando tomas la elección correcta




Que la democracia debe tener límites, es algo que estos días nos están intentando hacer creer diversos líderes internacionales.

La democracia, viene a decir su discurso, es algo que está bien mientras que uno no se equivoque votando. Cuando la gente elige lo que no es, que viene a ser lo que no conviene a los intereses de la banca, tal elección ha de ser tratada como un error y no como una verdadera elección soberana.

Esto es en la práctica lo que significan las declaraciones de diversos líderes internacionales en esta injerencia sin precedentes en la historia reciente sobre las elecciones que se disputan hoy domingo 17 de Junio en Grecia, y en las que un partido fuera del establishment bipartidista puede ganar.

La democracia mercantil actualmente es gobernada por una banca que ahora consigue ser rescatada a costa de los ciudadanos y vender ese rescate como una necesidad económica indiscutible para que no se desintegre nuestra sociedad, aunque lo que verdaderamente esté en peligro sean los privilegios de la banca. Así, el rescate a Bankia y otros en España lo pagaremos los ciudadanos con subidas de impuestos, del IVA, y recortes de pensiones, como ya ha anunciado la Unión Europea. Como nadie espera que los bancos -que ya han anunciado que no abrirán líneas de crédito a empresas ni familias- devuelvan el dinero, la garantía de tal devolución será la extorsión de los ciudadanos españoles a manos de su Estado.

Pero no en Grecia. Allí cada vez más gente dice "basta ya". En las últimas elecciones griegas, el ND y el PASOK (el PP y PSOE de allí) no suman suficientes escaños para gobernar tan siquiera juntos. Como en todos los bipartidismos en los que se sostiene la democracia mercantil, las dos alas del mercado -progresista y conservadora- son las que tienen que guardar los privilegios de la banca y de la gran empresa. Pero en Grecia esto se tambalea, y esta tercera opción llamada SYRIZA está cerca de ganar las elecciones y plantear una renegociación de la deuda-estafa con la que la Unión Europea está llevando al país a una austeridad que está acabando con el país.

El terror de la banca ante la victoria de SYRIZA se manifiesta por boca de unos líderes internacionales que no sólo han entrado en campaña sino que tergiversan la realidad griega a propósito para conseguir transmitir un mensaje de miedo, no sólo dentro de Grecia sino en el resto del mundo, como una advertencia para que a nadie se le ocurra salirse del redil.

Para  Ángela Merkel, líder del ala conservadora del partido únicode la democracia mercantil en Alemania, "Los ciudadanos griegos votarán que Grecia siga en la eurozona". Esto a pesar de que SYRIZA nunca ha manifestado que pretenda salir del Euro, sino que esta es precisamente la amenaza que se hace desde Europa: si se os ocurre renegociar nada o evitar las medidas de sangría medieval que estáis obligados a realizar para salvar a la banca alemana, os echaremos del euro.

Hollande, nuevo presidente miembro de la rama progresista del partido único de la democracia mercantil en Francia, tampoco se queda corto, y le dice más sutilmente pero en la misma dirección a Grecia que "si quiere distanciarse de sus compromisos y abandonar los proyectos de recuperación, habrá países en la eurozona que prefieran terminar con la presencia de Grecia en el euro".

Para el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en referencia a SYRIZA, "Lo que dicen algunos, que Grecia puede rechazar el pacto de estabilidad y seguir en el Euro, eso no es una utopía, es mentira".

Incluso desde fuera de Europa, un nervioso Obama siempre comprometido con los intereses de Wall Street, advirtió que "el pueblo griego también necesita reconocer que sus privaciones empeorarán si deciden salir de la Eurozona". Como Ángela Merkel, Obama manipula y miente cuando otorga a Grecia la decisión de salir de la Eurozona, puesto que es la Unión Europea quien está amenazando con echarla si sus ciudadanos toman la "decisión equivocada" al votar. En las cuatro declaraciones que he citado se puede observar esta contradicción, que lo que revela es que independientemente del uso de uno u otro discurso el objetivo es uno: frenar a SYRIZA, como sea, y evitar que otras SYRIZAs puedan surgir en alguno de los lugares extorsionados por el poder que ha construido la crisis-estafa.

Así es como están las cosas. Para los líderes-marioneta que sirven única y exclusivamente a los grandes poderes en la banca y en las grandes corporaciones en nuestra querida democracia mercantil, hay decisiones democráticas correctas, y hay otras decisiones democráticas erróneas, inadmisibles, contra las que uno tiene que hacer todo lo posible. Mentir, engañar, aislar. Todo vale para proteger los intereses de aquellos a los que verdaderamente representan todos estos líderes internacionales.

Lo nos queda claro, es que los líderes designados por la banca para extorsionarnos a los ciudadanos de a pie pueden defender muchos intereses, pero sin duda que nunca los nuestros.

domingo, 10 de junio de 2012

"Si no hubiéramos obedecido, nos habrían obligado a obedecer".



Mariano Rajoy dice para defender el rescate, "si no hubiéramos hecho los deberes se habría planteado la intervención de España". Quiero detenerme en esta frase y deconstruirla, porque percibo entre las líneas de esa afirmación una clave esencial de la situación política y de la (ausencia de) soberanía española.

Los deberes son, precisamente, la austeridad que reclamaba Europa. Hace unas semanas decía De Guindos en la Unión Europea que España había hecho su parte, y que ya no podían hacer más.

Es decir, que la frase de Mariano Rajoy, "si no hubiéramos hecho los deberes se habría planteado la intervención de España", en realidad lo que desvela sin pretenderlo es que nuestra política lleva mucho tiempo intervenida de facto. Porque si no se ha planteado la intervención de España es, según el propio Rajoy, precisamente porque se ha obedecido a todo lo que ha pedido la Unión Europea y sin rechistar. Hacer los deberes es hacer, precisamente, lo que la UE quería que España hiciera, ya fuera por las buenas (hacemos de que no os estamos obligando) o por las malas (tomamos control de facto y os obligamos).

Por tanto, la frase de Mariano Rajoy con la que justifica la petición del rescate y destaca sus bondades, significa precisamente que "si no hubiéramos obedecido se habría planteado obligarnos a obedecer". La diferencia entre una y otra cosa es puramente formal. Es como si el Estado español fuera un reo que es llevado a los juzgados, que defendiera su dignidad diciendo que si no hubiera elegido hacer ir por su propio pie al juzgado, esto es, "hacer los deberes", le habrían llevado esposado. Lo que desvelan las palabras de Rajoy es que el Gobierno de España es irrelevante, y que aquí se hace lo que dicta la Unión Europea y el poder financiero que la sostiene. Porque si no hubieran hecho lo que han hecho, les habrían obligado a hacerlo mediante una intervención.

Es en este tipo de "desliz" que no resulta obvio a quien lo pronuncia, que se desvela precisamente la situación política en la que nos encontramos: la obediencia a un poder financiero ajeno a todo más que a su propio beneficio, aliado en la Unión Europea con potencias como Alemania. Y tal obediencia es asumida con absoluta naturalidad por nuestros propios políticos, hoy de Rajoy pero habría sucedido igual con Rubalcaba, como algo inevitable: porque si no hubiéramos obedecido, nos habrían obligado a obedecer.